MENÚ DEL DÍA: CAFÉ Y BUENA MÚSICA.
En estos días es frecuente observar que las personas se reúnen en bares o restaurantes para comer o beber mientras escuchan cantantes o bandas en vivo, pero esta escena tan cotidiana en verdad data de varios siglos atrás con las características y recursos propios de entonces.
En línea con la ininterrumpida tradición de origen greco-romana de acompañar banquetes con música, el compositor barroco Georg Telemann (1681 - 1767) escribió “Tafelmusik”, una colección de piezas para cuartetos, tríos y solos de “música para la mesa”, un género muy de moda en su época por toda Europa y especialmente en Alemania en el s. XVIII, a tal punto que el periódico de Hamburgo anunció en 1732: “Amantes de la música pueden esperar para el próximo año una gran obra instrumental llamada “Musique de table” escrita por Telemann”. Se trata de una obra monumental dividida en tres partes, cada una de las cuales contiene seis piezas -obertura, cuarteto, concierto, sonata, trío y conclusión- con sus respectivos movimientos y destinadas a la misma formación instrumental. Las numerosas festividades gubernamentales o de la nobleza así como los eventos privados burgueses ofrecían una gran oportunidad para difundir su obra: “Espero que esta música contribuya a mi fama, pero nunca te arrepentirás de su coste” escribió Telemann y no se equivocó (algunas piezas para diferentes formaciones: https://youtu.be/qlZUoJKR0Ng https://youtu.be/6ZZO-axA3HM https://youtu.be/7ORyQ9i-mbI https://youtu.be/atFkxieM2vk).
Por esos años, y también en territorio de la actual Alemania, proliferaban los tradicionales bares y se bebía cerveza, bebida cuya importancia dificultó la aceptación del café ya difundido en toda Europa. Poco a poco esta infusión fue ganando adeptos y abrieron los primeros bares de café y el más famoso de Leipzig fue “Café Zimmermann”, ubicado en el mismo lugar donde funcionaba el “Collegium Musicum”. Dicha institución musical había sido fundada por Telemann y dirigida por J. S. Bach (1685 - 1750) durante diez años y allí realizaba sus conciertos pues era el lugar de reunión de los estudiantes. En este bar se instaló la costumbre de conciertos pagos y Bach -padre de una numerosa familia y con exiguas pagas clericales- vio la oportunidad de incrementar sus ingresos; a tal fin compuso una de las pocas obras profanas de su producción “Silencio no habléis, Cantata del Café BWV211” contemporánea a la “Tafelmusik” de Telemann (circa 1733), oratorio cómico en el que se burlaba de la moda del café al narrar la discusión de un padre con su hija por el excesivo consumo de café de la joven. Tiene diez secciones internas donde se alternan recitativo y arias a cargo de un narrador tenor, el padre en voz de bajo y la hija (soprano) con acompañamiento instrumental del continuo, cuarteto de cuerdas y flauta; el final es un trío sagaz e ingenioso de reconciliación de las partes de esta típica familia burguesa. Si bien fue pensada como concierto, suele representársela como ópera cómica (https://youtu.be/nifUBDgPhl4). El texto pertenece a Picander (1700 - 1764), apodo del poeta colaborador de Bach en tantísimas obras, quien se inspiró en una sátira de su autoría (1727) sobre los estragos que produjo en la sociedad francesa la prohibición del café.
El gusto por la música, la alegría del encuentro con otros y el disfrute de una buena mesa incluyendo un aromático café no han perdido vigencia, como tampoco las expresiones artísticas que se vinculan a prácticas sociales, relaciones parentales o prohibiciones estatales; la composición de obras para eventos perduró extendiéndose a diferentes géneros y estilos y muchas veces la mirada crítica y el humor como recurso fueron el medio de expresión. Por esto, la producción de Telemann y J. S. Bach nos los revela como verdaderos hombres de su tiempo y más aún, sobrevolando estos contextos y particularidades de época, su música atraviesa los siglos por sí misma y es una voz que emociona al hombre del s. XXI.
Imagen: Café Zimmermann. https://sites.google.com/site/jsbachvieetoeuvre/home/les-annees-a-leipzig-1723-a-1750/le-collegium-musicum