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Leticia Molinari

EL “INVENTOR” NORTEAMERICANO


Pareciera un apodo extraño para un compositor, sin embargo, George Crumb (1929) lo recibió de boca de su maestro, no tanto en referencia a sus técnicas compositivas sino en relación con su búsqueda sonora, un interés tímbrico común a otros muchos compositores desde mediados del s.XX. En Crumb es notable la preocupación por plasmar su fuerte imaginación sonora por lo cual no escatima en el uso de objetos y materiales, instrumentos no tradicionales, acciones y mediadores inusuales; además suele requerir efectos vocales como susurros, silbidos o gritos de los intérpretes; tal es el caso de “Tora, Tora, Tora” (https://youtu.be/G4tlJknfNr8), pieza del “Makrokosmos II”, una obra para piano en cuatro libros. En su lista de recursos se identifican modos de ejecución como la percusión del “gong de agua” sumergido en un recipiente, el deslizamiento de un vaso sobre el diapasón del violín para el efecto “cuello de botella” o los “dedos con dedal” en el encordado del piano. Recurre a sierras, cadenas de metal, piedras tibetanas, máquinas de viento y tapas de ollas para enriquecer una variada y exótica percusión; finalmente incorpora sonoridades de dulcémele, banjo y arpa de boca entre otros instrumentos. Es posible apreciar el uso de alguno de tales timbres en “Black Angels” de 1970, una obra descriptiva concebida por Crumb “como una parábola de nuestro problemático mundo contemporáneo”; consta de “Trece Imágenes de la Tierra Oscura” alegóricas sobre la Guerra de Vietnam para cuarteto de cuerdas eléctrico (https://youtu.be/m5a2RXA2Jn8). Lo mismo sucede en “Ancient Voice of Children”, cinco movimientos para grupo de cámara (con piano de juguete) y 2 voces sobre textos del poeta español García Lorca (1970, https://youtu.be/yagtwfsBADw); versos que lo impulsaron a “recordar el impulso original - el "germen creativo" - de un proyecto de composición” Su ingenio se extiende al campo de la teatralidad musical y solicita a los intérpretes gestos, desplazamientos dentro y fuera del escenario y vestuarios específicos; por ejemplo en la paisajística obra “Vox Balaenae” (1971, https://youtu.be/cGPQLXPV5wE) para tres intérpretes enmascarados: "al borrar un sentido de proyección humana, [las máscaras] simbolizarán las caras poderosas e impersonales de la naturaleza", explica Crumb. Todos los requerimientos escénicos, visuales o tímbricos están cuidadosamente consignados en sus partituras, algunas escritas en forma de palídromos, en cruz, circular o espiralada. Su obra no responde a un único género o estilo sino que usa libremente las herramientas compositivas y formales porque para Crumb la música es “un sistema de proporciones al servicio del impulso espiritual”. En reconocimiento a todo lo dicho y mucho más, ganó el Premio Pulitzer 1968 con la obra E”choes of Time and the River” (1967). Por ser diciembre dedicamos el último párrafo a “Una Pequeña Suite para Navidad” A.D.1979 (1980) para piano, inspirada en frescos de Giotto de c.1305 en la Iglesia de Padua (https://youtu.be/kFUXHHImv8s); la analogía con la pintura a la que Crumb se refirió: “concretamente en esta suite uso sonoridades de pedales largos y prolongados […] creando un lienzo de fondo del que sumergen y aparecen voces”. Sus breves siete movimientos son: la “Anunciación” de timbres exóticos y “poco lenta y solemne”, una dulce “Berceuse para el Nino Jesús” de nueve compases en movimiento “andantino quasi lontano”, los ecos resonantes de “El Pastor de Navidad”, una pieza tripartita para la “Adoración de los Magos”, una “Danza de Navidad” eufórica y exuberante, el lejano y misterioso “Cántico de Noche Buena” (donde utiliza un villancico del s.XVI señalado en la partitura) y el alegre y “quasi meccanico “Villancico de las Campanas”. PH: http://alchetron.com

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